Sinopsis:
Tratado SextoÚnico tratado de todo el libro en el que Lázaro casi no aparece y el pícaro, en lugar de ser Lázaro es el amo (con lo que el amo y sus picardías es el centro de la historia en lugar de serlo el muchacho). Este amo es un buldero, llamado comisario por Lázaro en varias ocasiones, que usa de su astucia para forzar a que la gente tome las bulas y Lázaro cuenta tres anécdotas de él. En la primera, un alguacil, cómplice del buldero, finge ser poseído por el demonio hasta que por el poder de la santa bula, la posesión termina. La gente, maravillada por lo sucedido, confía en la bula y la toman por cantidades. En la segunda (bastante breve), el buldero arroja a manos llenas las bulas y la gente las toma convencidas de que eran un regalo de Dios; pero al final, el buldero hace que todos los que tomaron las bulas sean empadronados con la excusa de así saber quienes gozarían del perdón de Dios. En la tercera, pone una cruz de metal en el fuego y cuando los fieles se acercan a besarla se queman la cara; el buldero les dice que la cruz arde por la poca caridad del pueblo. La gente convencida, tomó más de tres mil bulas y se quedaron con la cruz ardiente, trocándola por una cruz de plata con la que se quedó el buldero. Finalmente, luego de cuatro meses, Lázaro se alejó de ese amo.
Sinopsis:
Tratado SéptimoTratado muy breve donde aparecen dos amos: el maestro de pintar panderos y el capellán. Al primero, Lázaro lo ayudaba moliendo los colores. El segundo le da a Lázaro trabajo de aguador. Lázaro puede juntar dinero con este oficio, se compra ropa y se viste bien. Como siente que ha escalado socialmente, renuncia al trabajo de aguador.
Sinopsis:
Tratado muy breve donde aparecen dos amos: el maestro de pintar panderos y el capellán. Al primero, Lázaro lo ayudaba moliendo los colores. El segundo le da a Lázaro trabajo de aguador. Lázaro puede juntar dinero con este oficio, se compra ropa y se viste bien. Como siente que ha escalado socialmente, renuncia al trabajo de aguador.
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